Interim manager: figura clave en la implementación de nuestras políticas de RSC

El mundo gira muy rápido. Demasiado, quizá. Y el ser humano, con todas las organizaciones que conforma, también se tiene que adaptar a esos entornos cambiantes y que cada vez son más exigentes, especialmente si atendemos el asunto desde un punto de vista empresarial. Si no es así, podemos decir que un negocio se encuentra en cierto peligro. Quedarse atrasado con respecto a la competencia no ha sido la mejor de las noticias hasta ahora, pero lo va a ser menos con respecto al futuro.

Tan rápido como podemos construir una empresa que sea exitosa y que en cuestión de semanas nos haga millonarios, también se puede perder toda la popularidad que hemos adquirido. Una mala atención al cliente que se vuelva viral, un producto en mal estado que comparta cualquier famoso en redes sociales o cualquier declaración de uno de nuestros directivos que se haga pública y que no nos deje en buen lugar pueden marcar el principio del fin en nuestro negocio. Y ese principio del fin se puede consumar en cuestión de días. Por eso decimos que el mundo gira rápido. Lo hace a toda velocidad, no os quepa la menor duda.

¿Qué hacen las empresas cuando se tienen que adaptar a cambios como de los que estamos hablando? Lo cierto es que hay dos opciones:

  • Si disponen de alguna persona que se encuentre especializada en un tema como el que se requiera, directamente la reasignan al nuevo departamento o le otorgan directamente la nueva función, reorganizando las tareas que deja entre las demás personas de su antiguo departamento o contratando a alguien nuevo para que las asuma.
  • La segunda opción pasa por contratar a un interim manager, que es una persona que puede tomar el mando para determinadas cuestiones en situaciones de crisis o de extrema necesidad.

La segunda de las opciones se está poniendo muy de moda en los tiempos que corren.

Las empresas de todo tipo están apostando por una figura como esta y uno de los ejemplos que lo deja más claro es esta noticia publicada en la página web del Observatorio RH. En ella, se indica que el crecimiento de la presencia de estos profesionales en las empresas en Europa en los últimos tiempos ha sido del 16%. El motivo que se ofrece para explicar esto tiene que ver con las reorganizaciones que se derivan de la explosión tecnológica que vivimos en la actualidad y que plantea todo un reto con respecto a la manera de gestionar una empresa moderna.

También puede ser que lo que necesite una empresa sea adaptarse a un nuevo contexto, a una nueva dimensión. Hay empresas que crecen muy rápido y que empiezan a necesitar una capacidad de organización muy grande prácticamente de un día para otro. Y ese es el motivo por el que puede llegar a ser necesario también un interim manager. Alguna de las empresas más exitosas de todas cuantas están en España han seguido estos pasos y la verdad es que no ha sido para menos.

Algún resultado positivo tendrá este tipo de actuaciones cuando son empresas de todo tipo las que las han contratado y en diversos momentos. Lo cierto es que es mucho más fácil contar, en situaciones de grandes cambios, con personas acostumbradas a desenvolverse en estos terrenos y acostumbradas al estrés y a la rapidez que estas situaciones demandan. La gestión será más veloz que si empleamos a nuestro propio personal, que ha adquirido el ritmo de trabajo que hemos marcado hasta ahora y al que cambiar eso le puede resultar bastante complicado.

El interim manager se ha convertido en una figura imprescindible en muchas empresas que crecen o exploran nuevas vías de acción. Sin duda, es una de las figuras más interesantes en todo lo que respecta a la actividad empresarial y una de las que más va a motivar el cambio en cualquiera de los aspectos en los que busque centrarse un negocio. Al querer consultar más detalles sobre este tipo de profesional a los amigos de QMT, estos nos han adelantado una cosa que nos parece también digna de reseñar: la mayoría de las empresas que ha trabajado o está trabajando con interim manager lo ha contratado para empezar a trabajar en la estrategia de responsabilidad social corporativa.

Estamos hablando de una serie de estrategias que son interesantes para el desarrollo de la imagen del negocio y que están íntimamente ligadas con su estrategia publicitaria. Hoy en día, demostrar que una empresa se interesa por el cuidado del medioambiente, de las personas, del bienestar animal y de este tipo de cosas genera un impacto positivo en el consumidor y permite que aumenten las posibilidades de que las ventas suban y el beneficio del negocio crezca. Ese es el motivo por el cual hay tantos negocios de tantos sectores y tamaños que estén empezando a contar un poco más qué clase de cosas hacen para conseguir estos avances.

Se trata de una estrategia a la cual ya se destina un total de 1.500 millones de euros en España, según lo que indicaba en una noticia el diario La Razón. Se trata de un aumento considerable y que sin duda viene a demostrar que las empresas han visto una oportunidad para crecer en lo que tiene que ver con este tipo de desarrollo de la imagen corporativa.

Y es que, hoy en día, la imagen lo es todo. Sin imagen, sin dar la sensación de que nos preocupamos por el cuidado de nuestro entorno, sería completamente imposible que hubiera mucha gente a la que le cayéramos bien y sería imposible también que pudiéramos aspirar a mejorar todo lo que tenga que ver con nuestra facturación y las reacciones en redes sociales, por ejemplo.

Imaginaos por un momento si trabajarais en una empresa que, de buenas a primeras, tiene la necesidad de cuidar de esa responsabilidad social corporativa. Sería necesaria una persona que tuviera experiencia en la materia y que tuviera la capacidad de construir este asunto de la manera más rápida posible. Lógicamente, este no es un trabajo para cualquiera y es lógico que haya habido tantas empresas que hayan apostado por un interim manager para desarrollar esta materia de la mejor manera posible y sacar todos los réditos que es posible obtener gracias a ella.

La mejora de la eficiencia: otro asunto para el que puede ser útil un interim manager 

Es posible que la organización de la empresa, su estructura, no sea el principal problema que podamos tener en nuestro día a día. Muchas veces, lo importante a valorar es la eficiencia del trabajo que estamos sacando adelante. Ojo, con esto no estamos diciendo que las personas no trabajen o que sean vagas, sino que es posible que no tengan todo lo que necesitan para trabajar. ¿Sería eficaz el mejor trabajador de oficina del mundo si no tuviera un ordenador en plenas condiciones? ¿Lo sería una persona inteligente y trabajadora que no cuenta con conexión a Internet para comunicarse con sus proveedores u organizar el trabajo por correo electrónico? Claro que no. Las herramientas con las que contamos determinan si vamos a ser capaces de ser eficaces o no.

Un interim manager que sea contratado con el objetivo de potenciar la eficiencia en el seno de una empresa va a estar al tanto de todas estas, va a identificar problemas y va a poner soluciones encima de la mesa. Y eso es de lo que se trata. Por eso son muchas las empresas que confían en ellos para devolver la eficiencia a las distintas empresas.

No obstante, un interim manager también puede intervenir sobre las personas. Quizá encuentre una manera de redistribuir las tareas con las que cuenta cada una de las personas que forman parte de un departamento en concreto y, de ese modo, el trabajo salga mejor. O quizá establezca una canalización mucho mejor del trabajo que permita que los temas salgan adelante y se aprueben con más rapidez. No sería la primera, ni la segunda, ni la última vez en la que esto pasa. De hecho, los interim managers dominan a la perfección temas como los que os he contado en este párrafo, que por otro lado suelen ser el germen de muchos problemas ligados con la eficacia y la eficiencia en las empresas.

Tened en cuenta que el interim manager es una figura de índole temporal. No cabe la menor duda de que, en cuanto los cambios hayan sido implementados, la dinámica haya sido cambiada y el problema ya esté resuelto, esa figura ya no nos va a hacer falta. Por tanto, no es óptimo que solo pensemos en el dinero que nos puede costar tener una persona como el interim en el equipo. Siempre es mejor que tengáis en cuenta todo lo que nos va a aportar en la mejora de la situación actual de nuestra empresa. Si lo veis así, vais a considerar que es la mejor inversión que habéis hecho en la historia de vuestra entidad.

 

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