Hablar de ansiedad es algo que todos hacemos en infinidad de ocasiones. Es muy habitual encontrarse en situaciones que nos provoquen ansiedad en mayor o menor medida. Ante una entrevista de trabajo, exámenes, una cita importante o, simplemente acudir al médico. Se trata de una respuesta natural que, por lo general, manejamos sin mayor problema. Pasada la situación y el momento, pasa la ansiedad.
De hecho, la ansiedad es una respuesta natural del organismo frente a situaciones estresantes o amenazantes. Para cada persona esas situaciones, difieren en gran medida. Lo que a unos puede producir ansiedad, a otros les genera indiferencia. En cualquier caso, siempre existe alguna situación que genera ansiedad en mayor o menor medida y no hay que preocuparse por ello.
La preocupación se produce cuando esta ansiedad, se convierte en una constante en la vida de la persona. Esa presencia, se transforma en una sombra que oscurece cada aspecto de la vida diaria, lo que puede llegar a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza.
En el caso de padecer ansiedad todos o casi todos los días, se sufre nerviosismo constante y las preocupaciones impiden el desarrollo normal del día, es posible que se esté experimentando un trastorno de ansiedad generalizada. Para reconocer este problema, hay que saber cuáles son las señales y síntomas a los que hay que prestar atención, para determinar que nos encontramos ante un trastorno y aprender a manejarlo. Superar este problema de salud mental es posible, si se disponen de las herramientas adecuadas y la ayuda profesional necesaria. De manera que se pueda volver a tener una vida plena y satisfactoria, en la que la ansiedad, sea algo puntual.
Ansiedad generalizada… ansiedad por todo
El concepto de ansiedad generalizada, como nos explican los profesionales de la salud mental y psiquiatría de la Clínica Uzal, puede utilizarse en diversas situaciones o condiciones. Resulta esencial saber que implica el trastorno de ansiedad generalizado o TAG, con respecto a la ansiedad generalizada per se.
En el caso de la ansiedad generalizada, se trata de algo muy simple: hace referencia a un estado persistente de preocupación y ansiedad, desproporcionado con la situación que lo provoca. En otras palabras, lo que implica experimentar un trastorno de ansiedad generalizada, es que se vive en un estado de constante preocupación, incluso cuando no existe una razón para estarlo. Este tipo de ansiedad continúa, puede llegar a ser debilitante, haciendo que el día a día resulte abrumador.
A diferencia de la ansiedad que, como ya hemos comentado, se trata de una respuesta natural del organismo ante el estrés y las amenazas del entorno que todos experimentamos en algún, momento, la ansiedad generalizada, persiste. Se trata de una condición persistente en la que, la persona siente ansiedad la mayoría de los días durante un periodo de al menos seis meses.
En consecuencia, se define como trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de salud mental, diagnosticado, caracterizado por tener preocupaciones y ansiedad excesiva y constante, sobre diversos aspectos de la vida, siendo desproporcionados en relación al evento o situación que la desencadena.
Encontramos dos trastornos de ansiedad, el trastorno de ansiedad y el trastorno de ansiedad generalizada. El primero de ellos, abarca varios tipos de trastornos de salud mental, caracterizados por padecer ansiedad y miedo excesivo. Como ejemplo tenemos el trastorno del pánico, el trastorno de ansiedad social o el de estrés postraumático. Por otro lado, nos encontramos con el trastorno de ansiedad generalizada, un tipo específico de trastorno de ansiedad.
Teniendo claro esto, podemos decir que vivir con un trastorno generalizado de ansiedad, implica vivir con un nivel de ansiedad constante y excesivo que, interfiere de tal manera en la vida cotidiana que, puede llegar a provocar sintomatología física. Se trata de una condición que puede ser bastante duradera por lo que requiere apoyo psicológico.
Los criterios diagnósticos que establece el DSM 5 para identificar este tipo de trastorno, son los más adecuados para determinar si se padece un trastorno de ansiedad generalizada. En estos criterios se basan los profesionales de la salud mental por los que vamos a citarlos a continuación.
- Preocupación y ansiedad excesiva que ocurren más días de los que no se produce, durante al menos seis meses, sobre una serie de eventos o actividades.
- La persona encuentra difícil controlar las preocupaciones.
- La ansiedad y preocupación se asocia con al menos tres de los siguientes seis síntomas (con al menos algunos síntomas presentes durante más días de los que se produce en los últimos seis meses): inquietud o sensación de estar al borde, fatiga fácil, dificultar para concentrarse o tener la mente en blanco, irritabilidad, tensión y dolor muscular, problemas de sueño.
- La ansiedad, preocupación o síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes de la vida del individuo.
- La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o condición médica y, no ocurre exclusivamente durante un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.
Llegados a este punto, es importante señalar que el diagnóstico diferencial de este tipo de trastorno es esencial, para poder diferenciarlo de otras condiciones que pueden presentar síntomas de ansiedad nerviosa.
Cómo se llega a la ansiedad generalizada
Como cabe esperar, es lógico preguntarse cómo es posible padecer ansiedad generalizada y porque se produce. Las causas pueden ser de lo más variado y complejo, incluyendo factores genéticos, ambientales y psicológicos.
Del mismo modo que sucede con otros trastornos de salud mental, no existe un único origen de la ansiedad generalizada o una sola causa que lo explique o explique porque algunas personas lo desarrollan y, otras no. Para entender cómo y porqué se produce hay que tener en cuenta una combinación de los factores de riesgo.
Por un lado encontramos los factores genéticos, los cuales son importantes para poder entender de donde puede proceder la ansiedad generalizada. En el caso de tener algún familiar cercano que la padezca, es mayor el riesgo de que se desarrolle. Ahora bien, tener un familiar con ansiedad generalizada, no quiere decir que de manera automática se vaya a desarrollar el trastorno.
Por otro lado, se encuentran los factores ambientales como puede ser el estrés crónico o un evento traumático. Estos factores pueden ser relevantes a la hora de entender porque se produce la ansiedad generalizada. Existen personas que son más vulnerables a este tipo de desencadenantes, debido a su temperamento o su personalidad.
En último lugar, los factores psicológicos y el desarrollo, pueden por igual, contribuir a que se produzca ansiedad generalizada. Por ejemplo, personas con tendencia a ver el mundo y el futuro de forma pesimista son más propensas que las que todo lo ven de color de rosa. Igualmente, aquellas personas que han experimentado adversidades o un trauma infantil, presentan un riesgo mayor de desarrollar un trastorno de esta categoría.
Los síntomas que presenta este tipo de problema de salud mental, pasan por la parte física y la mental. Pueden ser variados y afectan tanto a la mente como al cuerpo, por lo que vamos a hablar de los más comunes, siempre teniendo en cuenta que, cada persona, reacciona de una manera diferente y los síntomas, pueden variar en frecuencia e intensidad.
A nivel físico, las personas pueden presentar temblores que, pueden ser constantes o intermitentes; palpitaciones; mareos o desequilibrio y falta de aire; síntomas digestivos como nauseas, diarrea o malestar estomacal; fatiga aun durmiendo bien; dolor en el pecho a causa de la ansiedad, sensación de opresión, pinchazos, malestar en el pecho. En determinados casos, la activación prolongada del sistema nervioso simpático, puede provocar episodios de tensión alta por ansiedad, elevándose la tensión de forma transitoria a consecuencia del constante estado de alerta. Esta combinación de síntomas físicos y preocupación excesiva, hace que el trastorno afecte tanto a nivel físico como emocional.
En lo que a nivel psíquico respecta, la sintomatología puede ser la preocupación constante, por cosas que se considera por lo general, irrelevantes; dificultad para concentrarse, problemas para dormir; inquietud o sensación de estar al límite, estando en constante alerta o nervioso; irritabilidad que lleva a reaccionar de manera exagerada. Estos síntomas pueden ser de gran intensidad, por lo que preguntarse cuánto tarda en desaparecer la ansiedad es natural.
Aunque existen personas que conviven con este tipo de ansiedad crónica, no se puede determinar cuánto dura el trastorno en sí. Va en función de la persona y el tratamiento que reciba. Lo único que queda claramente definido es el tiempo que hay que padecerla para que se hable de un trastorno y, como ya hemos comentado, se trata de un mínimo de seis meses.
En cualquier caso, lo esencial es aprender a manejar los síntomas y hacer que el impacto de los mismos, sea el mínimo. El tratamiento para la ansiedad generalizada puede incluir terapia, medicación o una combinación de ambos. La elección del tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y las preferencias de la persona. Contar con familiares o amigos que entiendan la situación y proporcionen el apoyo necesario resulta crucial para que la persona supere su ansiedad de forma favorable. Por lo que entender y comprender este tipo de enfermedades es esencial para todos, así podemos ayudarnos a superarlas o llevarlas de la mejor manera posible.



