Los tiempos van cambiando y lo que hace unos años veíamos como imposible, la realidad es que en la actualidad ya lo estamos implementando. Esto es lo que ocurre con el internet de las cosas, el cual conocemos habitualmente por sus siglas en inglés IoT o Internet of Things.
Y es que hasta hace unos pocos años el internet de las cosas era tan solo una imaginación, sin embargo, la realidad es que de un tiempo para esta parte es cada vez más habitual ver como empresas y particulares adaptan sus procesos a las nuevas tecnologías para que, muchas de ellas, puedan ser controladas de forma remota, así como nos ofrezcan la mayor cantidad de datos posibles. No obstante, a día de hoy, todavía somos muchos los que hacemos la misma pregunta, ¿para qué sirve realmente el Internet de las Cosas?
La gran versatilidad de esta tecnología hace que pueda ser aplicada y desarrollada en ámbitos muy diferentes. Además, su cualidad de inteligencia hace que sea muy atractiva en sectores donde esta capacidad puede marcar la diferencia, siendo un elemento que decante la balanza a favor o en contra. Como os decimos, una amplia variedad de sectores está adoptando esta tecnología para simplificar, mejorar, automatizar, optimizar y controlar diferentes procesos. Así, entre las aplicaciones más destacadas que nos podemos encontrar, algunas de ellas son:
- Industria 4.0: el termino industria 4.0 fue un término acuñado por el gobierno alemán para describir la digitalización y la transformación digital de los sistemas y procesos industriales. El simple hecho de desplegar una red de sensores de bajo coste para la monitorización de procesos industriales permitiría predecir posibles fallos u optimizar procesos tras el análisis adecuado de los datos recogidos. Esto hace que la tecnología IoT sea muy útil en cualquier tipo de industria donde se de esta transformación digital, la cual, tal y como nos recuerdan los expertos de Delbin también tiene en la domótica un componente fundamental para poder operar en remoto sin ningún tipo de problema.
- Agricultura: la posibilidad de poder desplegar una red de sensores en las plantaciones abre posibles aplicaciones para la optimización de recursos (agua, fertilizantes o plaguicidas), reducción de gatos o aumento de la producción, haciendo que el IoT en España, concretamente, tenga un futuro prometedor. Por ejemplo, esta red de sensores permitiría:
- La medición de la humedad del suelo para regar solo aquellas zonas necesarias.
- El cálculo la concentración de fertilizantes para saber qué zonas lo necesitan realmente.
- La visualización de la distribución del plaguicida en la cosecha y detectar las zonas más vulnerables.
- Salud: el hecho de tener en tiempo real una media de las constantes vitales, así como el histórico de estas o el de la actividad del paciente en determinados periodos, permitiría predecir posibles enfermedades o dolencias, desarrollándose una medicina más activa que reactiva. Esto implicaría una notable mejora en el tratamiento de pacientes y la utilización de los recursos más óptima. Pero ya no solo eso, sino que nos permite llevar a cabo acciones tan increíbles e impensables hace tan solo unos años como que un equipo médico opere por control remoto desde Estados Unidos a una paciente en Francia.
- Logística: una monitorización en tiempo real mediante sencillos identificadores RFDI impulsaría la rapidez y la eficiencia en la cadena de suministros, evitando pérdidas de tiempo o de paquetes innecesaria. Por otro lado, la implantación de sistemas IoT en las flotas de automóviles implicaría una gestión más eficiente del transporte (consumo de vehículos, predicción de fallos, comportamiento de conductores, optimización de trayectos, etc …).
La historia y evolución del IoT
La historia de IoT comienza cuando Kevin Asthon en 2009 acuña el concepto de IoT para referirse a su red de sensores e identificadores interconectado entre sí. Más tarde la consultora McKincesy sería la precursora de este concepto con su informe en 2010 sobre nuevos modelos de negocios basados en sensores. La aparición del IoT surge de la evolución y convergencia tecnológica de dos conceptos bien conocidos y establecidos en la industria:
- M2M: comunicación entre máquinas, Machine to Machine (M2M)
- SCADA: una categoría de softwares para el control de procesos, recopilación de datos y control de condiciones y equipos en tiempo real desde ubicaciones remotas
Si a esto le añadimos los siguientes elementos, surge un caldo de cultivo idóneo para que el concepto IoT florezca:
- El desarrollo de la tecnología inalámbrica (desde GSM al WiFi y 5G).
- El progreso y abaratamiento de la microelectrónica.
- La aparición de la tecnología cloud computing.
- Las herramientas para procesamiento de datos masivos (Big Data).