Las muelas de juicio pertenecen al grupo de los terceros molares. Comenzamos a desarrollarlos con diez años en el interior de los huesos maxilares, aunque van creciendo lentamente hasta emerger por completo en la edad adulta. Cuando tratan de erupcionar y no encuentran espacio suficiente, suelen aparecer síntomas como inflamación, sangrado, sensibilidad dental, dolor en la zona, rigidez en la mandíbula o jaquecas. Se puede mantener las muelas del juicio cuando salen correctamente y hay espacio, por lo que no deben extraerse aquellas que no produzcan síntomas o cuando el nervio pueda ser dañado y esto pudiera causar la insensibilización del labio.
De ahí la importancia de prevenir estas situaciones mediante las revisiones anuales, cuidar de nuestra salud dental es un aspecto fundamental, y la Espai Dental Olve a la que hemos acudido para obtener información para realizar este artículo nos ha comentado que «la mayoría de problemas dentales pueden ser muy sencillos de resolver mediante hábitos saludables, siempre que se detecten a tiempo, de lo contrario nos encontramos con situaciones en las que hay que intervenir».
Sin embargo, es aconsejable quitar las muelas del juicio cuando pueda existir infecciones, dolor o quistes. También cuando erupciona de forma incorrecta o haya interferencias con prótesis u ortodoncias. El dolor de muelas comienza de forma leve y se agrava gradualmente hasta manifestarse como punzadas. El doctor Víctor Muñoz explica que las muelas duelen porque «la mayoría de casos se debe a las caries, en concreto cuando éstas se comen el esmalte y la dentina y entran en contacto con la pulpa del diente, el tejido blando que contiene los nervios, los vasos sanguíneos y el tejido conectivo».
Otras causas del dolor de muelas son:
Alimentos: El exceso de cítricos o de bebidas azucaradas pueden llegar producir sensibilidad.
–Bruxismo: El rechinar daña los dientes hasta que la pulpa queda expuesta.
–Abrasiones: Evita un cepillado de dientes fuerte porque deshace el esmalte y la dentina.
–Trastornos de alimentación: Los vómitos causados por la bulimia erosionan el esmalte.
Hay que tener cuidado con los falsos mitos, por ejemplo, muchos influencers explican que debes ponerte una aspirina sobre el diente para calmar el dolor de muelas, pero este remedio puede dañar el esmalte o las encías a causa del contacto con el ácido acetil salicílico. Otro mito falso es la aplicación de compresas calientes, porque el calor puede aumentar el dolor. Los dentistas también desaconsejan hacer gárgaras con agua oxigenada, porque puede ser perjudicial. La Asociación Dental Americana (ADA) informa que no se recomiendan antibióticos para el dolor de muelas, la mejor opción son los analgésicos como paracetamol e ibuprofeno. Muchos estudios científicos han comprobado que los antibióticos detienen el crecimiento de infecciones bacterianas, pero no sirven para el dolor de muelas.
“Cuando el tratamiento dental no está disponible de inmediato y el paciente tiene signos y síntomas como fiebre, ganglios linfáticos inflamados o cansancio extremo, es posible que se deban recetar antibióticos», explica el doctor Peter Lockhart, presidente del panel de expertos de la ADA.
Consejos para calmar el dolor de muelas
No te pierdas los siguientes consejos para calmar el dolor de muelas:
Plantas
Un estudio realizado por la Universidad de Ciencias Médicas de Mashhad, en Irán, demostró que los enjuagues con manzanilla alivian los dolores de muelas. También puedes utilizar otras plantas como la aloe vera, la medicago sativa o el trébol rojo.
Agua con sal
Los profesionales aconsejan los enjuagues de agua templada con sal. Opta por este colutorio porque notarás alivio.
Aplica frío
Evita los alimentos muy calientes, duros o dulces. Debes aplicar frío en la zona de la mejilla, pero no presiones la zona.
Acude al dentista
Es muy importante que pidas citas con el dentista, para determinar la causa del dolor y pautar un tratamiento. No puedes tomar ninguna medicación sin la prescripción del odontólogo.
El clavo de olor
Esta especie se utiliza en recetas por su sabor fuerte. La primera vez que se tiene constancia de su uso fue en Siria en el año 1.712 antes de Cristo.
El clavo de olor es el capullo seco del clavero, un árbol de hoja perenne originario de Indonesia. «Su introducción en Europa se produjo gracias a los comerciantes portugueses y se convirtió en una de las especias más valoradas. Hasta tal punto que un kilo de clavo de olor se llegó a intercambiar por 7 gramos de oro», informa el diario La Razón.
Esta especie gracias a sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antisépticas alivia los síntomas de la gripe, los dolores de cabeza, musculares y articulares.
También es eficaz para los problemas bucales como las llagas y el dolor de muelas. Los dentistas aconsejan masticar un clavo de olor fresco para aliviar el dolor.
Tomillo
El tomillo también ayuda a calmar el dolor de muelas por sus propiedades antioxidantes y antibacterianas. En una olla con agua añade tomillo fresco y deja que hierva. Después mojamos un algodón y lo aplicamos en la zona del dolor.
Hilo dental
También puedes pasar el hilo dental con cuidado por la zona donde notas el dolor, para eliminar los restos de comida.