Evolución e historia de los auriculares

Apreciar bien los matices del sonido cuando reproducimos algún tipo de audio, es lo que hace que un dispositivo tenga mayor o menor calidad. Poder escuchar contenidos audiovisuales a través del teléfono, la Tablet o la televisión, con nitidez es algo que todos los usuarios de contenidos persiguen, máxime, cuando la escucha se hace de forma individualizada. La evolución que ha vivido todo lo relacionado con el audio y el sonido, es apreciable a simple vista: desde los primeros auriculares, grandes y toscos hasta los minimalistas auriculares inalámbricos que ofrecen una calidad de reproducción, indiscutible.

En la actualidad, el uso de cascos, como denominamos vulgarmente a este tipo de aparatos, es algo más que habitual. Hay usuarios que no se los quitan prácticamente en ningún momento del día, puesto que se conectan y desconectan solos sin necesidad de hacer más que colocárselos en la oreja. Algunos modelos son tan cómodos que ni siquiera los notas, por lo que es fácil acostumbrarse a ellos.

Los auriculares son algo más que un complemento, antes se utilizaban con un fin concreto y momentos por igual, concretos, como escuchar música e incluso, alguna película. Ahora, son utilizados para realizar llamadas, escuchar todo tipo de contenidos audiovisuales a través de cualquier dispositivo y en muchos sectores, como el de la música, donde son fundamentales. Se trata de un artículo tan habitual y común que no reparamos en sus orígenes y evolución. En como han influido en nuestra forma de percibir el mundo y, en sus usos y aplicaciones antes de convertirse en un compañero indispensable en nuestro día a día. Si quieres ver los últimos modelos de aurículares siempre puedes acudir a webs de electrónica del estilo a Megahogar, expertos en electrodomésticos, que disponen de una gran variedad de auriculares que nos ha hecho pensar en la evolución que estos han surgido con el paso del tiempo.

Orígenes en el siglo XIX

A principios de la década de mil ochocientos ochenta, los primeros operadores telefónicos, necesitaban altavoces más potentes que permitieran ser utilizados en modalidad de manos libres, para poder coger y transferir las llamadas. Por aquellos tiempos, la solución apareció en la forma de un altavoz que se colocaba sobre el hombro, no era nada cómodo, resultaba pesado y, además, era bastante voluminoso.

Una década más tarde, un ingeniero francés, desarrolló unos auriculares intra auditivos, muy similares a los actuales, pero de mayor tamaño. A diferencia del altavoz anterior, estos auriculares, contaban con dos altavoces más ligeros.

Aunque se trata de algo puntual y poco conocido, en aquellos tiempos, las líneas telefónicas transmitían actuaciones musicales a través de sus líneas, para que pudieran ser escuchadas por los usuarios simplemente haciendo uso de los teléfonos. En mil ochocientos noventa y cinco, una empresa británica de telecomunicaciones, concibió el electrófono. Este juego de auriculares, era muy similar a un estetoscopio, con sus auriculares unidos en forma de Y, cuyo mango, colgaba bajo la barbilla. El cable que salía de la parte inferior, se conectaba directamente a través de la línea telefónica. De este modo, la compañía telefónica ponía música directamente en los auriculares, siendo la primera vez que se utilizaban para este fin.

No obstante, si existe una fecha clave en la creación de los auriculares tal y como los conocemos hoy, es mil novecientos diez. Momento en el cual un inventor, llamado Nathaniel Baldwin, concibió el modo de disponer dos altavoces sobre cada uno de los oídos, los envió a la marina de los Estados Unidos y, tras ser probados, fueron utilizados para todas sus comunicaciones. Nacían los auriculares Baldwin que nunca fueron patentados, pues pensó que se trataba de algo irrelevante.

Posteriormente, en Europa, una empresa alemana, fabricó los primeros auriculares de escucha personales, ya que, hasta entonces, se trataba de un artefacto del cual se valían las milicias para comunicarse. El dispositivo consistía en un auricular con una cinta metálica delgada y dos cables conectados de forma individual.

Prácticamente, de forma simultánea, sus vecinos austriacos, de la mano de una empresa estadounidense, inventó unos auriculares que proporcionaban un excelente sonido y diseño. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, su producción quedó parada.

Hasta la fecha, todos los intentos de crear unos auriculares, parecían abocados al fracaso. Apenas tenia importancia lo que podía ofrecer este tipo de aparato en aquellos tiempos. Entonces, un compositor de jazz, aficionado al audio, evito ese estrepitoso fracaso reincidente, desarrollando los primeros auriculares portátiles que se colocaban en las orejas. Se tratada de dos bocinas cubiertas por una tela fina y una cinta. El diseño todavía dejaba mucho que desear, pero fue la inspiración de ingeniero de audio a lo largo y ancho de todo el mundo.

La creación de Koss, como se llamaba su creador, dominó el mercado durante los años sesenta y setenta, durante la era del rock and roll. También, casi simultáneamente, una empresa japonesa, concibe los primeros auriculares electrostáticos que proporcionan una máxima calidad para aquellos tiempos.

El walkman y la reinvención de los auriculares

A finales de los setenta, tras una década en la que los auriculares parecían un elemento estancado sin mayores posibilidades, otro invento revoluciona el sector: el walkman. Este aparato, atendía a la necesidad de portabilidad y la demanda de este tipo de aparatos para poder escuchar audio en cualquier lugar. Con un diseño sencillo, el reproductor permitía la reproducción de sonido, colocando en las orejas unas delgadas tiras de metal que se deslizaban. Poco después, otras marcas, se dedicaron a la fabricación masiva de auriculares baratos para cubrir la demanda.

Durante años, los auriculares más in, consistían en un diseño de banda que se colocaba tras el cuello o sobre la cabeza para que los altavoces, llegaran a la oreja. Se trataba de unos auriculares bastante cómodos que se colocaban con un acolchado de espuma ligera. Eran los que dominaban el mercado, pues la mayoría de jóvenes, contaban con un walkman para escuchar su música o la radio.

Durante los ochenta y noventa, gracias a la explosión causada por el reproductor de música portátil, los auriculares cobraron la relevancia que, los encumbró a la cima, a principios de este siglo.

Gracias al desarrollo de los reproductores de MP3 que permitían escuchar música almacenada en el dispositivo, durante horas, sin tener que cambiar de cinta o CD, una gran mayoría de la población, gozaba de sus auriculares, cada vez con más prestaciones en lo que a sonido, respecta.

Si durante los años noventa, los auriculares podían ser inalámbricos y facilitar la escucha lejos del dispositivo en cuestión, la llegada del bluetooth supuso un antes y un después en esta tecnología.

Debido al auge que supuso la llegada del iPod y los auriculares, que cada vez contaban con más variedad en sus diseños, ciertas marcas desarrollaron auriculares tipo in-ear, eliminando la diadema y facilitando su ajuste en la oreja, evitando las molestas caídas que sufrían los auriculares de botón. La exigencia demandada en la calidad del audio a partir del dos mil diez, obligo a los fabricantes a seguir innovando y desarrollando nuevas tecnologías.

Ya en el año dos mil dieciséis, se lanzan los AirPod, gracias al gigante Apple, inalámbricos, con micrófono y acelerómetro incorporado. Con baterías que ofrecen una autonomía de cinco horas y un peso liviano que hace que ni los notes. Una de sus prestaciones más innovadoras, era la posibilidad de cambiar de canción con solo tocar los laterales del auricular.

El mundo de los auriculares no ha parado de crecer en lo que a sus usos y aplicaciones respecta. Mientras que en sus orígenes, ya un tanto remotos, se utilizaban como una herramienta de trabajo para mejorar las comunicaciones, ahora, constituyen un elemento indispensable para el disfrute del ocio.

Música, video, juegos, informática, telefonía… todo lo relacionado con estos medios, son proclives de utilizar auriculares. No en vano, para cada aplicación, podemos encontrar en el mercado, auriculares diseñados exclusivamente para jugar videojuegos, escuchar música, cine o para el teléfono.

En lo que a prestaciones se refiere, los auriculares han pasado de ser un elemento facilitador, a convertirse en un elemento indispensable. No hay móvil o reproductor de sonido que no cuente con unos auriculares inalámbricos acordes a las necesidades de cada usuario. Además de facilitar la escucha, permiten una total libertad de movimientos para poder ejecutar cualquier tarea mientras hablas por teléfono o escuchas tus programas o música favoritos.

En cuanto al diseño, podemos encontrar todo tipo de auriculares en el mercado. Colores y formas para todos los gustos, más grandes, más pequeños, de diadema, con aspecto de botón… Sin olvidar que todavía es posible volver a principios de siglo y encontrar modelos de antes, con las prestaciones de ahora. A razón de la finalidad y la utilidad que se le quieran dar, puedes encontrar el que más se ajuste a tus gustos y preferencias.

Si bien es cierto que cabe destacar los auriculares over- ear, cuyas almohadillas, cubren totalmente las orejas, evitando que las mismas, no entren en contacto con las cubiertas de plástico que protegen los diafragmas de cada auricular. Lo que ofrece una cancelación de ruido externo sin igual y un aislamiento extremo, permitiendo una experiencia brutal al usuario.

No tardaremos mucho en disfrutar de auriculares que sean propiamente el dispositivo, alojado en la propia oreja, sin necesidad de teléfonos, equipos externos o iPods, para disfrutar de todo el contenido de audio que queramos.

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