Es completamente inevitable que a muchos nos invada el miedo cuando tomamos la decisión por fin de acudir al dentista. De hecho, tener que plantearnos esta opción nos paraliza y nos plantea si, en realidad, no sería mejor idea ir más adelante… aunque esto signifique alargar la curación de nuestra dolencia y pasarlo mal un tiempo de más.
Pero ¿hasta qué punto es esto sano para nosotros? Una enfermedad que no se trata, aunque sea de la boca, puede empeorar y derivar en algo mucho peor de lo que, en un inicio, era en realidad.
Uno de los remedios que te ofrecemos es la sedación consciente.
El miedo al dentista es una realidad en España y en el mundo entero.
No existe en España ni en el mundo entero nada más común que el miedo de acudir al dentista, tal y como podemos comprobar en la siguiente noticia del periódico digital La Vanguardia. De hecho, este tema está más generalizado de lo que nos gustaría admitir. Pero ¿Alguna vez te has planteado por qué existe este miedo? ¿Qué hace que nos dé tanto miedo acudir al dentista?
Puede haber dos razones.
-Factor genético.
¿Sabes que los animales usan su mandíbula para atacar y defenderse? Los seres humanos, en la antigüedad, usaban su boca para todo. Durante la prehistoria, los seres humanos no tenían herramientas avanzadas ni armas para defenderse de los peligros del mundo. En lugar de ello, tuvieron que confiar en su cuerpo y su instinto de supervivencia. ¿Qué ocurre con esto? Lo más probable es que usaran su boca (su mandíbula) como herramienta de defensa, mordiendo así a otros humanos para escapar o para protegerse o a un depredador por la misma razón.
Este factor hace referencia a la probabilidad de que, cuando estamos en la silla del dentista y nos abren la boca, nos sentimos totalmente indefensos porque nos encontramos desprotegidos. Esto propone la teoría de que, como antiguamente nuestra boca era nuestra arma de defensa, ir al dentista nos desarma y nos hace sentir en peligro.
-Factor “malas experiencias”.
Las malas experiencias se graban en nuestra memoria y nos hace tener cuidado con cierto tipo de situaciones. Cuando pasamos un mal trago en el colegio (por ejemplo, cuando sufrimos bullying durante muchos años) nuestro cuerpo puede reaccionar con sudor frío, miedo e incluso, activando su instinto de supervivencia para intentar que escapes de ese lugar que te hizo daño en el pasado.
De igual modo ocurre en el dentista. Al pasar malos ratos en consultas anteriores, nuestro cerebro asimila que es un mal sitio para nosotros, y puede intentar que nuestro cuerpo intente escapar. El miedo es un instinto natural de supervivencia, y es posible que solo intente protegerte para que no te hagan daño.
Es importante recordar, no obstante, que la salud es mucho más importante que tener tan presente el miedo, ya que no podemos dejar que una enfermedad siga su curso sin tratarla. Por ello, lo primero que vamos a aconsejar es que luches contra él, acudas a un dentista, le hables de tu pánico y te dejes asesorar por él. Porque solo quieren ayudarte, y entienden perfectamente tu miedo.
¿Qué es la sedación consciente?
Desde Smile Me nos explican qué es exactamente la sedación consciente. Nos han comentado que esta técnica relativamente moderna ha nacido para ayudar a esas personas con pánico al dentista que, ante la perspectiva de tener que acudir a su consulta, empiezan a experimentar ansiedad, estrés o ataques de pánico.
¿En qué consiste? Consiste en administrar medicamentos sedantes para relajar al paciente y disminuir su percepción del dolor y la incomodidad, mientras mantiene la capacidad de comunicarse y seguir las instrucciones del profesional de la salud. No es una anestesia, no debes confundirlo con ello. Es, básicamente, un anestésico, un relajante que va a ayudarte a calmarte y a combatir todos esos estados que te invaden ante la perspectiva de tener que hacer frente a una consulta o a una intervención en el dentista.
Puede usarse para muchas, muchas intervenciones:
En la colocación de implantes dentales, en la extracción de las muelas del juicio, en una limpieza dental profunda, incluso en otros procedimientos dentales muy invasivos, que son los que más miedo provocan en los pacientes. Sin embargo, también puede utilizarse en cirugías menores, endoscopias y otros procedimientos médicos.
¿De qué está compuesto este sedante?
Para conseguir calmarte acerca de este tema, vamos a explicarte cuáles son sus componentes:
- Benzodiazepinas: reducen la ansiedad y la actividad cerebral.
- Opioides: alivian el dolor y producen una sensación de relajación.
- Óxido nitroso: reducen la ansiedad y el dolor, y producen una sensación de euforia y relajación.
¿Se puede sustituir la anestesia por la sedación?
Bajo ninguna circunstancia.
La sedación no es sustitutiva de la sedación en la odontología, es un complemento que se usa para reducir la ansiedad y el dolor del paciente durante ciertos procedimientos dentales. No se deben confundir.
La anestesia local es muy necesaria en las intervenciones, porque, gracias a ella, no sientes dolor en absoluto. Si no se pusiese, te enterarías y sentirías todo lo que te hicieran en la boca, ¡cosa que ninguno queremos experimentar en absoluto!
La sedación, en cambio, como complemento, va a ayudarte a que, además de no sentir nada, tu cuerpo esté totalmente relajado.
No solo no sentirás nada, sino que, además, estarás tranquilo.
En conclusión, siempre que vayas a un dentista, puedes hablarle de tu miedo y sugerirle el uso de la sedación consciente. Sin embargo, debes recordar que, si existe intervención, también necesitarás la anestesia local para no pasarlo mal.