Hemos padecido problemas de enorme magnitud en España en lo que llevamos de siglo. En 2007 dio comienzo una de las crisis económicas más importantes de los últimos 100 años y que dejó a más de 5 millones de españoles y españolas en el paro. El motivo fue la caída sideral de un sector como la construcción, del que dependía buena parte de la economía de nuestro país. Unos años más tarde, cuando habíamos dejado atrás todas las consecuencias de ese mal momento, apareció el coronavirus por sorpresa, obligando a un porcentaje muy importante de nuestros negocios a cerrar sus puertas y a un montón de personas sin trabajo. La situación fue dramática, seguro que todos y todas os acordáis perfectamente de aquellos días.
¿Qué es lo que ha propiciado todo esto? Pues que haya muchas personas que se han visto en una situación de incertidumbre en lo que a sus empleos se refiere. Mucha gente que tenía experiencia en un sector concreto fue despedida en alguno de los dos momentos a los que nos hemos referido anteriormente y se ha ido encontrando, con el paso de los años, que las empresas de esos sectores no han necesitado ampliar sus plantillas. Llegaba la hora de reciclarse, de buscar suerte en otro tipo de actividad. Pero… ¿realmente existía esa posibilidad de reciclarse así como así? La respuesta es un no rotundo, como seguro que esperabais.
La posibilidad de reciclarse existía si, como es lógico, estamos preparados para entrar en otro sector que no tiene nada que ver con el anterior. Y, en muchos casos, eso no sucede. La necesidad de prepararse para un trabajo que no hemos desempeñado antes es tan real como la vida misma y no cabe la menor duda de que es precisamente eso lo que buscaron las personas que se quedaron sin empleo durante la crisis del 2007 y durante la del coronavirus. En un momento en el que todas las actividades relacionadas con la construcción empezaron a caer, muchas de las personas que estaban dentro de ese sector intentaron buscar empleo en el sector servicios, para el que no estaban del todo cualificadas.
Las personas que salían de un entorno como el de la construcción necesitaban, al menos en lo que al año 2007 se refiere, una preparación para hacer frente a un trabajo de oficina, que parecía más fácil de conseguir que el que desempeñaban con anterioridad. Por eso, adquirir las habilidades para manejar el paquete de Office, por ejemplo, era básico. Fueron muchas las personas que se decantaron por apuntarse a cursos especializados en este tipo de cuestiones. Y lo cierto es que hubo mucha gente a la que le sirvió hacerlo y que consiguió reciclarse en un puesto de trabajo de oficina que todavía a día de hoy mantiene y que es el que le da sustento económico a su vida y a su familia.
Las habilidades informáticas han sido muy relevantes para las personas que en las últimas décadas han dejado un sector de corte industrial a otro que está más especializado en servicios. Y la realización de cursos para dominar determinadas herramientas informáticas ha sido clave. Este tipo de cursos sigue siendo muy importante a día de hoy para mucha gente y, de acuerdo con los datos que manejan desde Inte TF, una entidad especializada en proveer de una interesante variedad de cursos de formación, la cantidad de gente que se encuentra interesada en formarse en aspectos como las competencias digitales básicas no solo no ha disminuido, sino que está aumentando más que nunca.
Está claro que hay que saber lo que el mercado demanda en cada momento. Es una de las claves para prepararse y aumentar las opciones de que encontremos un puesto de trabajo. Teniendo en cuenta que las necesidades de las empresas van variando a medida que van surgiendo nuevas tecnologías y maneras de trabajar, las personas debemos tener la capacidad de ser útiles para esas empresas a través de la adquisición de nuevos conocimientos. Incluso para una persona que tiene un puesto de trabajo fijo es necesario ir desarrollando nuevos conocimientos para adaptarse a la realidad que le rodea en cada momento.
Seguimos teniendo problemas con el uso de la tecnología
Aunque cada vez controlamos más herramientas de las que se vamos disponiendo gracias al avance de la tecnología, es necesario tener un puntito de autocrítica y reconocer que nos queda camino por andar en lo que respecta a este asunto. España tiene un problema en este sentido con respecto a los países de nuestro entorno y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que todas las personas cuenten con una cierta preparación tecnológica para que se puedan enfrentar a los retos que pone ante ellas el día a día, ya sea en su desempeño profesional como en lo que guarda relación con su vida privada.
Vamos a mencionar un par de noticias que ponen de manifiesto los problemas a los que estamos haciendo alusión. La primera de ellas procede del portal web Gizmodo.com y se hace eco de un estudio de la OCDE en el que se apunta que el 26% de los adultos españoles no sabe usar un ordenador. Se trata de una cifra que nos preocupa y mucho, sobre todo porque somos conscientes de lo tremendamente útil que resulta un ordenador en un puesto de trabajo a día de hoy. Es cierto que la noticia data del año 2016 y que el porcentaje quizá se haya podido corregir un poco, pero un 26% no se reduce a un 0% en menos de una década. ¿Cuál es la conclusión? Que hay que seguir ofreciendo oportunidades de formación a las personas que lo consideren necesario dentro de este campo.
La edad es un problema en lo que tiene que ver con el uso de la tecnología. Sería una necedad negarlo. Y son distintos estudios los que así lo demuestran. Hemos querido enlazaros una segunda noticia, que en este caso procede de la página web Bandaancha.eu, en la que se manifiesta que casi la mitad de los adultos que se encuentran por encima de los 25 años en España no saben usar un ordenador. Este dato nos asusta incluso más que el que hemos compartido en el párrafo anterior y muestra que no debemos cesar en el empeño de hacer posible una sociedad en la que todo el mundo tenga acceso a la tecnología y sepa usarla de una manera segura y eficaz.
Las redes sociales marcan el camino
¿Cuál es el motivo por el cual decimos esto? Lo vais a entender inmediatamente. Hemos dicho que la edad es un factor que tiene su importancia a la hora de hacer uso de la tecnología. En un principio, con las redes sociales ocurría lo mismo. Sin embargo, con el paso de los años y el crecimiento de redes como Facebook, Instagram o TikTok, son muchas las personas de mediana y avanzada edad que han ido tomando conciencia de cómo son estos entornos y familiarizándose con ellos. Si conseguimos que con el resto de cuestiones ligadas al desarrollo de la tecnología ocurra lo mismo, podremos decir que todas las personas van a tener los conocimientos suficientes para desempeñarse con éxito en el contexto en el que se encuentra nuestra sociedad, un contexto en el que la tecnología tiene una presencia descomunal, y por si fuera poco, creciente.
Creemos que hay motivos más que de sobra para confiar en que todo tipo de personas van a ir adquiriendo las habilidades necesarias para conseguir desenvolverse a las mil maravillas en un entorno como el tecnológico. Sin duda, eso no solo les permitirá tener más motivos por los cuales pueden ser contratadas por las empresas de hoy en día, sino que también tendrán la posibilidad de sacarle más partido a su día a día en el plano personal. Todo el mundo saca rédito todos los días de lo que rodea a sus herramientas tecnológicas. Quedarse al margen no debería ser una opción para nadie, con independencia de cuál sea su edad, de cuál sea su posición económica o de cuáles sean sus gustos personales.
La tecnología ha pasado de ser una aglomeración de actividades ligadas al mundo digital a ser una auténtica necesidad para personas de todo tipo y en todo el mundo. Ya no se puede vivir sin tecnología. Muchas de las empresas que hay en nuestro país ya realizan sus trámites vía online y pronto todas ellas tendrán como misión obligatoria tener una página web. De la necesidad de contar con perfiles de redes sociales ya ni hablamos. De todo esto va a depender no solo que sepamos trabajar en los términos que se demandan, sino también que disfrutemos de una oferta más amplia en nuestro tiempo de ocio, que sepamos comprar online y que tengamos la oportunidad de seguir comunicándonos con todo tipo de personas. La tecnología, al fin y al cabo, consiste en todo esto.