A lo largo de los últimos años, el uso de la férula dental se ha extendido cada vez más entre los tratamientos odontológicos. Se trata de un dispositivo plástico o de resina que tiende a deteriorarse con el tiempo, perdiendo el color inicial y las propiedades de no se cuida como se debe.
¿Tienes totalmente claro como se limpia una férula? Si la respuesta es no, no te preocupes. Sea cual sea el tipo de férula que tengas, te presentamos unos cuantos trucos para que puedas cuidarlas y alargar su vida útil.
Qué es y qué función tiene una férula dental
“La férula es un dispositivo de resina acrílica o de otros materiales plásticos, transparentes y de dureza variable. Se fabrican de forma personalizada para cada paciente, de manera que encaje a la perfección en la zona superior e inferior de la boca hasta conseguir la alineación deseada de la dentadura”, explican desde la Clínica Dental Mesiodens, centro de referencia en la ciudad de León.
¿Cómo se limpia la férula dental?
La férula dental es un elemento que se usa a diario y que está en contacto directo con los dientes y las encías. En su interior se suelen acumular restos de saliva, alimentos y otras sustancias, las cuales con el tiempo, se pueden pudrir y producir malos olores, y que si no se limpian, favorecen la aparición de bacterias y microorganismos que habitan en el interior de la cavidad bucal.
- Existen cepillos especiales para la limpieza de prótesis dentales, aparatos de ortodoncia y férulas, Estos cepillos con doble cabezal de distintas dimensiones te permiten realizar una limpieza más fácil y cómoda, pudiendo acceder a todos los rincones del aparato.
- Frota con el cepillo sin hacer mucha presión tanto en la parte interna como en la cara externa de la férula. Incide en todos los pequeños huecos, sobre todo en los que se suelen acumular mayor cantidad de restos de comida, o saliva. Terminar por enjuagarla bien bajo un chorro de agua fría y ya tendrías la férula lista para volver a ponértela.
- Es importante también realizar una vez a la semana como mínimo una pequeña desinfección de la férula. Utiliza alguna solución para desincrustar los restos que se hayan podido quedar adheridos y sean más difíciles de limpiar con el cepillo. Esta solución permite realizar una limpieza rápida y fácil.
Solo tienes que verter, una vez por semana, un cuarto del contenido de la solución en un vaso sin diluir, sumerge la férula y deja que actúe durante aproximadamente unos 30 minutos. Una vez concluya el tiempo, aclara la férula con abundante agua antes de introducirla en la boca. Es aconsejable realizar en aclarado con la ayuda de un cepillo para evitar que queden restos de la solución en algún rincón del aparato y así facilitar la limpieza de esta.
- Otra opción de limpieza de las férulas es utilizar pastillas efervescentes. Solo tienes que dejar la férula en un vaso con agua, echar la pastilla y dejar que actúe durante al menos 10 minutos o toda la noche. Una vez concluya el tiempo, no olvides aclarar la férula con mucha agua fría bajo el grifo para poder volver a usarla de manera habitual.
Trucos para el mantenimiento de la férula dental
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¿Cómo guardar la férula?
La férula dental normalmente está preparada para usarse durante todo el día salvo en las horas de comer o lavarse los dientes. Mientras tanto, si quieres que la férula alargue su vida útil procura guardarla en su cajita protectora. Nunca la guardes mojada. Si la has lavado, puedes dejar que se seque en una superficie limpia donde no se vaya a ensuciar o puedes ayudarte de una servilleta para secarla y poder guardarla en su caja.
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Daños frecuentes en la férula
Aunque el material de fabricación de las férulas sea resistente y duro, el roce con los objetos de metal las puede dañar. Para evitar estos daños, manipúlala con los dedos y procura limpiarla con un cepillo especial de cerdas blancas.
Las presencia de cualquier ralladura o grieta en la férula puede ayudar a que las bacterias acaben alojándose en ella, lo cual hará más difícil la limpieza diaria. Si notas que la férula se comienza a estropear, consulta con tu dentista la posibilidad de cambiarla por una nueva.
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Cuida las fuentes de calor
Nunca laves la férula con agua caliente, ni la dejes en un lugar donde la temperatura sea alta ni en un lugar donde le dé el sol directamente, ya que trata de un material moldeable en el momento que alcanza altas temperaturas. Por este motivo es importante mantener la férula lejos de toda fuente de calor.