Visitamos la comarca del Deza en Pontevedra

La comarca del Deza, formada por los ayuntamientos de Lalín, Silleda, Golada, Dozón, Rodeiro y Vila de Cruces, está situada al norte de la provincia de Pontevedra, en el centro geográfico de Galicia y debe su nombre al río que transcurre por ella.

Históricamente siempre ha sido una comarca ligada a una intensa actividad agrícola y ganadera, poblada desde la antigüedad, tal y como muestran los asentamientos y excavaciones realizadas en el Castro de Doade, Castro do Penedo, Castro de Toiriz, Castro de Castromao, el Aurela do Castro, así como las dos mámoas con más de 6000 años de antigüedad y la necrópolis megalítica de Alperiz, y como prueba del paso del hombre por estas tierras son numerosos los pazos, casas de labranza, iglesias, etc. que han llegado a nuestros días y que merece la pena visitar, como pueden ser:

  • Monasterio e iglesia de San Salvador de Camanzo. Tambien conocido como Monasterio del Ulla. Su iglesia, actualmente es la parroquia de Camanzo, perteneciente al ayuntamiento de Vila de Cruces. Su construcción promovida por los condes de Deza es de estilo románico y data del año 1166, manteniéndose los restos de un claustro de esa época. En el interior de la iglesia destacan unas pinturas murales del siglo XVI.
  • Pazo de Liñares. Declarado Bien de Interés Cultural en 2009, este pazo del siglo XVII y de estilo barroco, fue casa de los Taboada, uno de los linajes más importantes de Galicia, hasta el año 1920. En su fachada principal destaca su balconada y los escudos de armas de los Churruchaos, Lopez de Lemos y de los Taboada. Actualmente pertenece al Ayuntamiento de Lalín.
  • Monasterio de San Lorenzo de Carboeiro. Su construcción en el año 936, es uno de los mejores ejemplos del románico cisterciense de toda la comunidad gallega. Vivió su mayor esplendor entre los siglos XI y XIII, perdiendo después influencia y quedar abandonado tras la desamortización de Mendizábal en 1835. En el exterior destacan las dos portadas románicas y en su interior sorprenden sus enormes columnas con trabajados capiteles que dividen la nave central de las laterales.
  • Iglesia de San Pedro de Ansemil. Tiene su origen en un antiguo monasterio dúplice, es decir, habitado por una comunidad de monjes y monjas, hecho habitual en la alta edad media gallega. Se trata de dos iglesias yuxtapuestas, siendo la más antigua, de estilo románico, la perteneciente al monasterio de los siglos IX-X, y la más moderna del siglo XVI, de estilo gótico. Destacable es la puerta principal con dos arquivoltas y capiteles muy trabajados.
  • Puente Taboada Vieja. Ponte Taboada Vella, en gallego o Pons Tabulata, en latín, es el nombre que recibe este puente construido en el siglo X, por el que discurre el camino de Santiago. Su arco es apuntado y conserva parte de la calzada primitiva.
  • Os pendellos de Agolada. Declarado Monumento Histórico Artístico en 1985. Se trata de un recinto ferial de finales del siglo XVIII, con origen bajomedieval, formado por construcciones de piedra y madera, los pendellos, que eran utilizados por los comerciantes para exhibir, vender o almacenar sus mercancías, guardar el ganado o como comedores, por lo que existen diversos tipos de pendellos. Estas construcciones se levantaron formando un entramado de estrechas calles. Actualmente, está considerado como uno de los mejores ejemplos de este tipo de construcciones en todo el continente europeo.
  • Fervenza do Toxa o cascada del río Toxa. En Silleda nos encontramos con esta espectacular e impresionante caída vertical, de 30 metros de altura, del rio Toxa, rodeada de una naturaleza y verdor admirables pues se encuentra en un denso bosque de robles, castaños, alcornoques…

Comida más representativa de la zona

Y desde Rodeiro, municipio perteneciente a la mencionada comarca del Deza, sale cada martes en dirección al palacio de la Zarzuela, residencia de los reyes de España, uno de los manjares o alimentos más representativos de la gastronomía gallega, el pan artesano, hecho como antaño con harinas de trigo de calidad y horneado en un buen horno de leña, tradicionalmente, con leña de castaño para conseguir un horneado lento que consigue que el pan gallego artesano esté a la altura de paladares de “reyes”. Y fue aquí donde descubrí qué me gustaría hacer en el futuro próximo: montar mi propia panadería. Pero, para ello, primero tengo que unirme a un equipo profesional, con experiencia y buen producto, y no se me ocurre mejor aliado para ello que los profesionales de esta franquicia de panadería, El Molí Pan y Café, que siempre están dispuestos a ayudar a la gente y tienen abiertos los procesos para unirse a su equipo.

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