Si algo nos hace sentir bien, se supone que se trata de algo positivo y bueno para nosotros. Sin embargo, como todo en esta vida, existe la cara y la cruz de una misma moneda. En lo que nos gusta y no nos gusta, lo que nos hace sentir mejor o peor, entre otras cosas, sucede lo mismo. Ni todo lo que nos hace sentir bien, tiene porque ser necesariamente bueno, ni todo lo que nos hace sentir mal, debe ser obligatoriamente, malo. Todo depende de cómo se mire y por supuesto de la circunstancia. No obstante, siempre es preferible perseguir lo que nos hace bien y no lo que nos hace mal. Sentirnos bien es lo principal, pero para lograrlo no hay porque causar ningún mal a terceros ni dañarnos a nosotros mismos.
Siendo así, cuando nos sentimos mal a nivel emocional o psicológico, lo más natural es tratar de salir de ese estado de la manera que sea. Aunque a veces, nos abandonamos a la desidia y olvidamos que podemos estar mejor y que no es necesario sentirse mal constantemente. Buscar ayuda profesional es una de las opciones de las que disponemos cuando la depresión o el malestar emocional, hacen su aparición estelar en nuestras vidas. Aunque no siempre es necesario caer en el abismo para recurrir a los terapeutas y mejorar nuestra relación con nosotros mismos o con los demás.
Existen en la actualidad todo tipo de terapias enfocadas a la salud mental y la búsqueda de ese equilibrio emocional y psicológico, tan necesario para procurar el bienestar mental. Con objeto de saber más sobre alguna de estas terapias, nos hemos acercado a Psi Psicólogos, donde una profesional de la psicología con larga trayectoria profesional, nos ha hablado de las constelaciones familiares y de cómo esta terapia ayuda a mejorar la salud mental y el bienestar emocional de muchas personas. Puesto que el tema ha captado nuestra atención, hemos decido enfocar este artículo en esta dirección y contaros algunas cositas sobre este tipo de terapia, cada vez de mayor actualidad.
Desprenderse de lo que causa dolor
Resulta muy común reparar en algo tan evidente como que los niños, en raras ocasiones, se atreven a vivir una vida más feliz o satisfactoria que la de sus progenitores. De forma inconsciente, permanecen arraigados y fieles a las tradiciones familiares tacitas que ejercen una función invisible. Según los expertos en la materia, gracias a las constelaciones familiares, es posible descubrir los lazos familiares subyacentes y esas fuerzas que, de forma inconsciente, se transmite de generación en generación. Al menos así lo entendía su creador.
Para que lo entendamos, una constelación familiar, consiste en un proceso terapéutico realizado en grupo, que trabaja sobre la parte más profunda de la conciencia humana. La teoría en la que se basa esta técnica terapéutica, reside en que las personas poseemos una serie de anclajes negativos inconscientes. Estos anclajes lo que hacen es transmitirnos sentimientos dolorosos de los que somos incapaces de deshacernos. A su vez, estos anclajes, nos conducen a reproducir ciertos comportamientos o vivir situaciones negativas de forma reiterada sin que sepamos cómo solucionarlo.
Para abordar este problema, se realiza una constelación familiar que se lleva a cabo con varias personas que carecen de vínculos entre sí, pero asisten a una misma sesión. Es importante destacar que aun realizándose en grupo no se consideran como una terapia de grupo al uso, puesto que la dinámica de trabajo difiere en gran medida.
El fundador de esta técnica, un ex sacerdote y psicoterapeuta alemán, desarrollo el método de las constelaciones familiares a mediados de los noventa. Durante su trayectoria, ha tratado y estudiado a numerosas familias, observando como la mayoría de sujetos, utilizamos de forma inconsciente los patrones destructivos familiares. Estos patrones, bien arraigados, conducen a la ansiedad, la depresión, la ira, la culpa, la soledad, las adicciones o incluso la enfermedad, como si de una pertenencia familiar se tratara. La teoría de su creador, es que debido a su amor profundo y desinteresado, los niños, a menudo sacrifican sus propios intereses en un intento de aliviar ese sufrimiento de los padres o cualquier otro miembro de la familia.
Con esto presente, en una terapia de constelaciones familiares, es posible romper con estos patrones para que las personas que asisten puedan vivir de una forma más plena, consciente, sana, feliz y, por supuesto, plena. Los resultados de esta terapia, aseguran que pueden constituir un verdadero cambio de vida. Por lo que podemos decir que, el objetivo de las constelaciones familiares es descubrir cuáles son esas dinámicas ocultas que tiene una familia y sus relaciones de forma experimental. Se trata de un método suave y sensible que hace posible revelar las energías de las relaciones a través de los representantes para llegar a una solución. Esto implica permitir a cada miembro del sistema que encuentre su lugar en el grupo mediante una conexión sana y respetuosa.
El desarrollo de una sesión de constelaciones familiares
A los profanos a este tipo de terapia, seguramente les inquiete la manera de abordar este tipo de sesiones. Por lo que vamos a tratar de explicar cómo se produce una de estas terapias y los aspectos que en ellas se pueden abordar.
Lo primero de todo, para llevar a cabo una constelación familiar, es reunir un grupo de personas entre las que se incluye al constelador, es decir, al terapeuta. Las sesiones se realizan a lo largo de una mañana o una tarde y se compone de un número pequeño de participantes, entre tres y seis personas, en función de la estructura con la que se haya organizado el grupo. Cada uno de los asistentes dispondrá de su tiempo para constelar y su constelación tendrá una duración de una hora.
Durante ese momento, el tiempo que dure la constelación, el resto de asistentes forman parte activa de la terapia, puesto que pueden ser escogidas para representar las vivencias del inconsciente de la persona que está constelando. En este punto haremos un inciso pare decir que constelar es realizar terapia, ya que no lo hemos comentado con anterioridad. Transcurrido el turno de la constelación se realiza una pausa de diez minutos para descansar y se pasa a la siguiente. De esta manera, la dinámica de trabajo se realiza de forma continua y cada persona asistente, realiza un trabajo personal y grupal de forma simultánea.
Para asistir a una constelación familiar, no es necesario contar con ningún tipo de conocimiento previo sobre las constelaciones, puesto que se trata de una metodología de trabajo ordenada, vivencial y creativa. En otras palabras, cada persona que asiste al taller o terapia, realiza un trabajo a nivel personal tanto en su constelación propia como en la de los demás asistentes. Es más que habitual sentir que el rol o los roles que experimentan otros participantes, se relacionen con su vida e historia personal.
Se considera como un proceso eficaz en cuestiones de naturaleza sistémica, cuando existen problemas a causa de patrones de conducta procedentes de la familia. Este tipo de terapia ayuda en la resolución de problemas familiares y a la hora de encontrar el significado y propósito de la vida, al tiempo que ayuda a resolver cuestiones personales.
Durante el proceso de constelación familiar, se trabaja simultáneamente a varios niveles, llegando a un nivel profundo como la hipnoterapia. Según su creador, se trata la energía del alma en primera instancia. De ahí que los temas que son proclives de constelar sean las dificultades en las relaciones familiares, el desarrollo personal, los traumas de la infancia, los conflictos de pareja, problemas con los hijos, depresión…
El trabajo que se realiza durante una constelación familiar, puede aportar comprensión y paz interior. Las soluciones prácticas y las herramientas propuestas, se dirigen en particular, a la resolución de los conflictos familiares más que a fomentar el desarrollo de recursos personales. En la mayoría de los casos, puede resultar reconfortante, sobre todo para personas que han sufrido una pérdida de forma repentina o temprana. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el resultado de este tipo de terapia es una imagen solución que solo puede reinterpretarse desde una nueva percepción, solo será útil cuando el paciente muestra la actitud de responsabilidad necesaria hacia sí mismo y su propia vida.
Dicho de otra manera, si el conflicto inicial tiene relación con la falta de desarrollo de recursos propios, como la confianza en uno mismo, las constelaciones familiares pueden no ser adecuadas. De hecho puede llegar a confundirla, ya que pone el foco en los conflictos que se producen dentro de su familia y no en uno mismo. En este tipo de casos, sería más útil aprender a desarrollar recursos personales y aumentar su capacidad entrenando su responsabilidad.
A parte de que cuenta con una limitación que consiste en que las personas consideran que una sola sesión es suficiente para que desaparezca el problema, lo que no implica una acción consciente, puesto que se queda en la fase de procesar duelos si realizar cambios significativos. Lo que puede ser positivo en según qué casos y circunstancias pero no resulta apropiado y efectivo en otros tantos. Ahora ya sabemos lo suficiente sobre este tipo de terapia, como para saber si sería la adecuada para uno mismo llegado el caso.