Cuantas veces hemos tenido el temor de que el maestro nos llamara a la pizarra para hacer alguna tarea. Subirse a la tarima y escribir en el encerado, era algo que a muchos inquietaba, no exclusivamente por el hecho de estar junto al profesor y el respeto que esto inspiraba, los propios compañeros y el temor a la inevitable burla, estaban presentes. A otros, esa tarea, les gustaba justo por eso mismo, o estar junto al profesor a quien admiraban o ser el centro de atención de toda la clase durante unos minutos.
En aquellos tiempos, pensábamos, ignorantes, ignorantes, que la pizarra era eso: el encerado, el lugar donde el maestro exponía sus argumentos y explicaciones. Sin embargo, la pizarra es mucho más que el centro de una clase. Ese material que a todos nos gusta porque se puede pintar sobre el y borrar una y otra vez sin que pierda ninguna de sus características, es hoy por hoy uno de los más sostenibles en lo que a construcción se refiere. Cubiertas, paredes y tejados lucen elegantes y perfectos cuando se realizan con un material como la pizarra.
De este tema, saben los profesionales de Pizarras y Derivados, con quienes hemos hablado sobre la importancia que tiene este material para las empresas de construcción. Su longevidad, fácil mantenimiento y sostenibilidad natural, lo han convertido en el material por excelencia en lo que a edificaciones elegantes y particulares se refiere. Los tejados de pizarra siempre han estado ahí y, siempre lo estarán.
Puesto que se trata de un mineral, este material no esta procesado como ocurre con otros empleados en la construcción. Una de las características que lo convierten en un material altamente sostenible, es que solo es necesario cortarla para darles la forma deseada. No requiere de ningún tipo de procesamiento anterior ni posterior. Se extraen las planchas de la mina que, suele ser a cielo abierto, lo que reduce notablemente el impacto sobre el medioambiente.
Otro dato interesante, es la gama tonal que ofrece, aunque estamos habituados a verla en tonos oscuros como el gris o el negro, también puede encontrarse en colores como el rojo o el verde. Esto va en función de la predominancia de minerales que la compongan. Aún siendo así, el elegante negro que cubre muchos de los tejados de nuestros edificios es sin duda, el más preciado y utilizado.
Características principales
Es fundamental conocer las propiedades de esta roca tan apreciada y valorada por las empresas de construcción. Los factores que convierten la pizarra en un material de indudable calidad y variedad de utilidades no pasan desapercibidos.
Frecuentemente se utiliza como cubierta de tejados, su impermeabilidad, convierte a la pizarra en un excelente material para mantener un tejado en optimas condiciones. Protege del viento, la lluvia y cualquiera de las inclemencias a las que nos someta el tiempo. Las filtraciones por el tejado son cosa del pasado si en el mismo, cuentas con una cubierta de pizarra para protegerte.
Igualmente, su inalterabilidad la convierte en ese material excepcional para la construcción. Como es lógico, si es resistente a todas esas inclemencias, su durabilidad será extensa en el tiempo. Utilizar pizarra en la construcción es sinónimo de longevidad de la vivienda.
La belleza del material es indudable. Los tejados y fachadas de pizarra, dotan a los edificios de una singular belleza apoyada en sus diferentes formas, texturas y tonalidades, con las que se puede jugar para crear efectos estéticos concretos.
Su economía es otro de los factores que influyen directamente en la utilización de pizarra para construir cubiertas. Teniendo en cuenta su durabilidad (puede alcanzar los cuarenta años) y su bajo coste para colocarla, la inversión se amortiza rápidamente. El mantenimiento que requiere es mínimo por no decir nulo, con lo que la inversión inicial es el único desembolso que cabe hacer para tener una cubierta de por vida.
Obtención de la pizarra
El proceso de obtención y elaboración de la pizarra es sencillo en comparación con la obtención de otros materiales de construcción.
Mientras que el cemento, las tejas, el hormigón, etc. son producto de un proceso de fabricación, la pizarra se extrae de las canteras. Allí, los bloques de pizarra son extraídos con la ayuda de artefactos explosivos que, permiten su corte con hilo diamantado para ser posteriormente transportados, a las naves donde se procede a la elaboración de las planchas o acabados necesarios.
Antes de proceder al serrado, los bloques de pizarra, son cortados en bloques. Luego, en la fase de serrado, estos bloques se someten al proceso de serrado para cortarlos en varios tamaños, en función de las dimensiones de la pizarra que vaya a ser producida.
Tras el serrado, se someten a un proceso de labrado en el que de manera puramente artesanal, se exfolian las planchas de pizarra, obteniendo las diferentes laminas. Este paso se lleva a cabo con un extremo cuidado. El agua evita que los bloques de pizarra se sequen y puedan separarse las laminas sin riesgo de fractura.
Por último, en esta fase de preparación, se procede al biselado de los cantos de cada hoja de pizarra.
Una vez que se han concluido estos pasos, se procede al embalaje y paletización de las laminas de pizarra.
Cabe reseñar que los cortes que se practican a las láminas, se realizan en función de la finalidad del producto final.
Los usos y aplicaciones de la pizarra, están hoy muy diversificados. Si bien hace unas décadas, lo más habitual era utilizarla en cubiertas y quizá fachadas, además de para los encerados de los colegios, en la actualidad, sus usos pasan por los suelos, tanto para interior como para exterior e infinidad de elementos decorativos. La restauración también hace gala de la versatilidad que ofrece este elegante material para sus platos, mesas y encimeras, entre otras utilidades.
Sostenibilidad
Cuando hablamos de sostenibilidad, hablamos de recursos, de como aprovecharlos y minimizar el impacto medioambiental al hacerlo. Todo aquello que la naturaleza proporciona sin mediación del hombre, es sostenible. Ahora bien, si para utilizar esos recursos, se requiere de la utilización de procesos industriales que incluyen tratamientos químicos o maquinaria agresiva para el medio ambiente, la sostenibilidad, disminuye.
La pizarra es una roca y, por tanto, se encuentra presente en la naturaleza. Las minas de pizarra estaban ahí antes de la aparición del ser humano, al igual que todo tipo de minas y sus minerales. Lo que marca la diferencia entre la extracción de la pizarra y la de otros minerales, es la facilidad de su proceso.
Generalmente, las minas de pizarra están a cielo abierto, razón por la que pueden cortarse los bloques sin necesidad de utilizar tratamientos químicos ni térmicos, excluyendo a su vez, el uso de otros recursos como el agua. Tampoco se generan residuos ni subproductos que puedan ser contaminantes.
En comparación con la producción de zinc, esta última, genera nueve veces más de emisiones de dióxido de carbono. Quedando la producción de cerámica en segunda posición con una emisión ocho veces superior y la de fibrocemento en cinco.
Estos datos, concluyen claramente que la producción de pizarra, es sostenible no solamente, debido a su poca emisión de dióxido de carbono, también porque ofrece una gran durabilidad con lo cual no hay que cambiarla o reponerla, ni requiere mantenimiento.
Sabiendo estas peculiaridades de la pizarra, no es de extrañar que sea uno de los materiales más aclamados y utilizados para la construcción desde tiempos remotos. Los expertos, aseguran que invertir en esta roca para la construcción de cubiertas, revestimientos o suelos, es invertir en calidad.